05-02-10

05/02/10 DIARIO DE UN IBICENCO
(From Ibiza with Love – Tribute Lisbeth Salander)
10:00 suena el despertador y tras abrir los ojos… corriendo, corriendo que me voy de baretas. Un nuevo día y una nueva cagada, joder con el estómago mejor que un reloj. Tiro de la cadena, mientras pienso humildemente que ni la comida ibicenca es tan mala ni yo soy tan mal cocinero, coño. Tras tirar de la cadena y despedir al enesimo truño mañanero ibicenco, decido lavarme y cambiarme para salir a comprar. Compra diaria.- Porción de tarta de manzana, panecillos integrales con semillas y 400 gramos de costillas de cerdo. Me acerco a “La Canela” y observo a mi “pastelera de moda”, la sigo viendo triste, desde luego no creo que sea por llevar hoy ese gorrito que tan bien le sienta. Desayuno.- Porción de tarta de queso, galletas LU y NESCAFÉ puro Colombia. 11:30 Comienza la enésima MISIÓN IBICENCA: Preparar una fabada en cazuela de barro, como se ha hecho toda la vida, a fuego lento sin olla Express ni pollas en vinagre … ¡¡¡¡¡Clasicismo Ibicenco!!!! y ¡¡¡¡Libertad creativa!!!!!. Porque ya los seres primarios ibicencos tomaban sus buenas alubias mañaneras, y yo recién estrenada mi nueva condición de “ibicenco” que menos que homenajear este arcaico y primitivo arte de cocinar en cazuelas de barro. Alubias, costillas de cerdo, oreja, cebolla, dos chorizos y ½ tomate cubren la susodicha cazuela, todo bañado en agua, con una pizca de sal, unas gotitas de aceite, en fuego lento y a tirar millas con dos cojones. Lamentablemente mis dudas sobre la cantidad de agua utilizada se hacen patentes cuando a los quince minutos de coción la cazuela hace aguas, dejando los fuegos de la cocina como una alberca. Nada está perdido, cuando rápidamente me agencio una bayeta y comienzo a achicar agua, ¡¡¡no nos hundiremos, señores!!!. Tras 5 minutos de dura batalla, las alubias son salvadas del naufragio, el Titanic está a salvo, sigamos con la coción. Es hora de poner la tapadera, no se preocupen señoras alubias las estaré vigilando mientras quito la ropa seca que tendí ayer. Tras quitar los primeros calzoncillos secos otra vez oigo la voz de alarma ¡¡¡Socorro!!!; de nuevo vuelve a salir agua de la “puta” cazuela, achiquen señores, achiquen me cago en la oxtia. 12:15 Tras hacer frente con éxito a un segundo intento de naufragio otro contratiempo surge inesperadamente cuando al vecino del cuarto, si ese sudaquilla tan entrañable, en un alarde de educación extrema tiene la gran idea de tender toda su ropa chorreando. Menudas gotas caen desde arriba, misiles tierra-aire impactan contra mi ropa antes seca ahora mojada. Rápidamente me pongo en marcha salvando los artículos de primera necesidad, unos calzoncillos, una camiseta, los pantalones del chandal y un polo que si bien herido en su orgullo a causa de un inmenso goterón bien podría secarse para esta tarde. Mientras quito la ropa observo como el vecino de abajo mantiene el toldo subido a pesar de no hacer sol, no es de extrañar, pues este continuo goteo provoca potentes impactos que de no esquivarlos se producirían daños irreversibles en la estructura del edificio. 12:45 Tras acabar con razonable éxito la defensa de “El Alamo”, me dispongo a echar una ojeada a mis futuras alubias, observando como han desaparecido bajo una especie de espumilla blanca que cubre toda las cazuela. ¿Dónde estais, cabronas, dónde estais? las grito mientras con una cuchara voy quitando la dichosa espumilla. 13:00 Tras un nueva coción me doy cuenta como el agua misteriosamente ha desaparecido, coño si las estoy cocinando a fuego lento. 13:15 Es hora de hechar la morcilla y la patata, pienso tras llenar la cazuela con un nuevo vaso de agua. Así tras caer en ese caldo mitad blanco, mitad rojo con colores amarillentos de lo más llamativo decido cubrirlo todo y que sea lo que Dios quiera. Hasta poner la tapadera parece una misión de alto riesgo, no me jodas. 14:00 Cucharada para probar este experimento culinario, llamado “fabada ibicenca a lo mecago en la oxtia”, diagnostico: mientras las patatas parecen haber cedido al calor, las putas alubias siguen estando duras. 14:20 Las putas alubias siguen duras, tiene cojones la cosa. 14:30 Me cago en las putas alubias de los cojones, que me quiero pirar al gimnasio. 14:35 Me sigo cagando en las putas alubias. 14:40 La patata comienza a deshacerse, me cago en las alubias estas. 14:45 Decido apagar el fuego, el calor de la cazuela será suficiente para barrer a las duras alubias ibicencas. 15:00 Tras coger la bolsa del gimnasio, echo un ultimo vistazo a la cazuela, ni rastro del ansiado caldo … vuelvo a cagarme por enesima vez en las putas alubias. Sesión de pesas en el gimnasio de Bossa y rápidamente a casa, me espera mi “fabada ibicenca”. Tras zamparme las alubias considero que he hecho un aceptable trabajo, el caldo no lo es todo. Bajo a la biblioteca para imprimir el pasaje, tras casi un mes en la puta isla, no viene mal respirar los aires contaminados de mi añorado Madrid. Mientras saco los cacharros del lavavajillas, algo cae sobre las cuerdas de la ropa, tras abrir la ventana mi sorpresa es mayuscula: “Coño, se le ha caido un pañuelo a nuestro querido vecino, el “sudaquilla del cuarto” y que casualidad se ha caido aquí, pues fijate por donde va a caer al patio de abajo. Uyyyyyy que pena, ¡¡¡a tomar por culo ha ido!!!!”. Lastima que ese patio sea un pozo sin fondo, si no que se lo pregunten a ese “pedazo” de calcetín B-TWIN, todo un homenaje a ese DECATLON de moda, que aislado y con más roña que el rabo de una vaca, palidece en el “patio del infierno”. Al menos está junto a unos calzones, una sudadera desteñida, una bata, una zapatilla, millones de pinzas … todo un escaparate que muestra la “generosidad” de nuestros vecinos ibicencos a la hora de “donar” ropa. Ni el ZARA en rebajas supera esto. Escucho a Antonio Orozco mientras escribo un ratillo en el portatil. CENA.- Merluza guisada en proceso de congelación. Me tomo una infusión POMPADOUR digestive, a ver si es verdad que mañana no me voy de baretas. Me meto en el sobre y leo un rato “Mujeres” de Charles Bukoski.

CULTURA IBICENCA (de un recién estrenado ibicenco, oficialmente hablando):
“Salgo a pasear por dentro de mi
y veo ibicencos que de un libro me aprendí
llanuras belicas y paramos de azeta
en una puta isla de mierda
tirororiroriroriiiiiii toriroriroriroriiiiiiiiiiiii …”

(Canción tradicional ibicenca)

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