04-04-10

04/04/10 DIARIO DE UN IBICENCO
(From Ibiza with Love – Tribute Lisbeth Salander)
Me levanto para ver el final de la formula 1, Fernando Alonso noveno para luego retirarse por no se que ostias del motor, me vuelvo a sobar. Para qué más. Por fín me levanto, ni miro el reloj, vivo en mi mundo imaginario donde no hay buenos ni malos, ni tampoco heroes porque no hay villanos. Compro el periódico, algo que leer, algo para mañana currar. Me siento en el sillón y observo a la nada, como hago ahora tecleando el portátil un mes y medio después de estos acontecimientos, todo ha ocurrido ya. Y yo lo escribo mucho después. Ni un recuerdo, pues no hacen falta. El ayer es hoy, como el mañana, una puta rutina que se apodera de nuestras vidas. Nos distrae esos momentos que se siguen unos a otros, el hago esto porque quiero no es más que un plan elaborado que planifica nuestro destino. Momentos reales tan iguales unos de otros como las decepciones y fracasos, como las alegrías y proezas. Me doy cuenta que todo tiene una base, una estructura tan similar, como la cisterna del bidé que siempre suena tras mear, subo la palanca cuando termino, la suelto y desaparezco pero el agua no deja de caer en un sónido continuo. Y es cuando me levanto para bajar de nuevo la palanca y al parecer situarla en la posición exacta. No se como lo he hecho, pues bajo mi punto de vista no he hecho nada; sin embargo termino de mear y siempre caigo en lo parece ser un insalvable error. Me levanto una y otra vez. La misma historia se repite inconscientemente, como atrapado en el tiempo, vuelvo a dejar caer la palanca para una vez más levantarme. Eso parecen los días, agua cayendo. Nos levantamos, ¿avanzamos o continuamos?, para llegar a donde … quizás a remendar nuestros errores. DESAYUNO.- Pan con tomate y jamón. Tenía que ir al gimnasio, pero al final no tengo ganas; no quiero escuchar, hago como si no supiera nada pero se que mi puta tripa se rie, será cabrona.
Veo al tio ese que se come los lagartos, por lo visto es marine o no se que ostias; no se cuanto le pagarán pero al menos ha aprovechado es perdida de tiempo que supone permanecer en un puto ejercito. Observo como el tio parece comerselo de verdad y llego a la conclusión que todavía hay gente que comen un menú peor que el mio. Joder y se lo come de verdad. Me tomo un RED BULL mientras sigo escribiendo en el portátil, ahora el tio nos está enseñando a salir de las arenas movedizas. No hay que moverse mucho, tomo nota, aunque sólo faltaría que aquí en la puta isla hubiese arenas movedizas. COMIDA.- Tomate con pimiento y ajo. Chorizo cocido. Yogurt ACTIVIA. El tomate estaba frío y los pimientos asados del Eroski asquerosos. El chorizo me repite cosa fina.
Eso son mis notas, en este día obsesionado por la repetición. Me hago un café haber si me reprime el sabor del chorizo.
Cuezo pasta para el curro, una vez más, la enésima vez. No se si estoy hasta los cojones de cocer pasta o de ir al puto curro. Se me cae un vaso de cristal al suelo y mientras recojo los putos cristales rotos encuentro una solución al acertijo. Y estoy hasta los cojones de cocer pasta, mañana estaré hasta los cojones del puto curro. Observo como los pedazos de cristal han llegado hasta el pasillo, si tengo una virtud es cuando jodo algo lo jodo a lo grande. Nada de pedazos grandes, que va, en añicos y cuanto más pequeños mejor, para que sean difíciles encontrarlos y se desvanezcan entre las finas puas de la escoba.
Saco pasta del cajero, este mes hay suplemento aparte del alquiler hay que pagar 69 euros de agua y otros tantos de electricidad. Qué número tan mágico que en esta ocasión no quiere decir eso. Me cago en todo lo ibicenco. Sólo por no bañarme aquí ya merece la pena ir al puto gimnasio.
Corriendo al “Ibérico” a ver al puto R. Madrid, en esta ocasión juega contra el R. Santander. 2-0 goles de C.Ronaldo e Higuain. Jugadas individuales para no variar, pues el puto partido es una mierda. Estamos más charlando que viendo el puto partido. Así es el Madrid, en pro de esa universalización que el tio Floren busca, que menos que tener a todo el bar hablando hartos de verlos jugar. No dan una patada a un bote. Así que me piro antes de tiempo, pues estos cabrones mañana no van a hacer el trabajo por mí. Dicen las malas lenguas que los funcionarios no trabajamos, y ¿estos cabrones que hacen?. Ah si, meter… goles.
CENA.- Ensalada y lomo. Escribo en el portátil, pero todo es rápido, todo es incompleto, mi conciencia no está tranquila quitandome como estoy horas de sueño. Me robo mi propio descanso, menuda inutilidad, ni siquiera me queda hambre de sueños. Me despido de Tom Waits, que suena a través de los cascos, con la fría sensación de poseer ciertas raices de profesionalidad. Será posible, no me lo creo.

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