XVII

REFLEXIONES DESDE LA CLANDESTINIDAD
(Desde la "Puta Isla de Mierda", a veces, hasta los huevos de ella)

Camino por las calles ibicencas, sin música en los cascos, sólo mis pasos interrumpen el silencio; el sol me atiza fuerte en la cabeza, sin embargo no me impide pensar sobre mi mismo. No actúo como el típico ególatra que sólo se mira al espejo sin ver más allá de su reflejo, simplemente escucho a mis fantasmas, les abro la puerta y dejo que mi tormenta contraste con el silencio de unas calles tan perdidas como lo estoy yo en estos momentos.
Ni un alma, sólo yo y una atmosfera repetida proporcionalmente, una secuencia de imágenes tan familiares como descorazonadoras. Cruzo la mirada con extraños, mi indiferencia es cada vez más abrupta, pues cada día que pasa empatizo menos con estos jodidos ibicencos.

Llego a casa y enciendo la televisión mientras compruebo las descargas, dos nuevos discos de NuJazz que espero escuchar en breve. Todo se simplifica en base a una gesta tan abstracta como para que en mi despierte cierta gota de apego que satisfaga mi descontento aliento. En ocasiones los días no son más que una inservible monotonía que viaja en un tiempo exento de imágenes, alejado de las palabras, enemistado con los más sencillos recuerdos.

Pongo la televisión, un anuncio más flota sobre la insulsa programación de una cadena; en esta ocasión cuatro peregrinos recorren el Camino de Santiago mientras del eco de su voz resuenan palabras que bien podrían ser certeras balas que cayeran sobre mi conciencia, sin embargo todo se reduce a dar a conocer un envase, un refresco, un producto más para ganar dinero. La espiritualidad quedó perdida en una banal ilusión con la que llamar tu atención. El escenario no es más que un trampolín para convertirnos en su potencial consumidor.

Sin embargo tengo una deuda pendiente con el Camino de Santiago, mi error fue supeditarlo a una promesa, a un rumbo deseado y afrontarlo como una especie de agradecimiento; cuando no tiene porqué se así, pues sus misterios están ahí para ser descubiertos independientemente de la causa y el efecto que las adversidades y los designios de la vida provoquen en nosotros.

0 comentarios:

Publicar un comentario