25-25-10

25/05/10 DIARIO DE UN IBICENCO
(From Ibiza with Love – Tribute Lisbeth Salander)
Abro la ventana de una habitación cada más caliente, este olor a tigre, esta atmósfera cada vez más irrespirable provoca que mis ojos caigan una y otra vez al precipicio de los indolentes. Cuando los abro pido disculpas, tal osadía merece un castigo. Desde ONDA CERO Carlos Herrera comenta con un contertulio que las 11:30 es una hora ya casi para comer, yo ni me rio pues sigo durmiendo. Carlos Herrera tiene un horario, el contertulio otro diferente, y yo … pues no se ni lo que tengo, aquí sobando, casi las doce y no se como llamarlo. Reinicié el horario hace tiempo, programé mi status con nuevas ordenes, pero algo falló en el intento. Todo parece ser una ruína de la que no se extrae ningún lamento. Por fin me levanto, no se si tal gesto desprende algo de vanalidad o valentía, pero al fin y al cabo parezco estar despierto. Abro la ventana, de par en par y veo un sol que grita desde su altar mayor:
- “Vas a salir o no vas a salir a la calle; el último en levantarte de toda esta puta isla de mierda. Estarás contento.
- ¿Tú tambien llamas a este cacho tierra puta isla de mierda?. Voy a tener que cobrarte derechos de autor. – le comento, esperanzado por encontrar una nueva fuente de ingresos tras esa bajada de sueldo del 5%
- Qué coño vas a cobrar tú, si lo que escribes no lo lee ni el tato, por no poder no puedes ni colgarlo en Internet, ahí en una hoja de Word, en un fichero de mierda … pringao no tienes ni puta idea.
- Pues gracias porque me has recordado que tengo ir a la biblioteca. Qué orgullo hoy has hecho algo más que calentar cabezas.

Tras vestirme desayuno algo de cereales, no sin antes observar como el puto baño está pidiendo una pasada de limpieza, pero ni putas ganas tengo. Bajo a por el periódico, pues tengo ganas de leer ese esperpento de traducción en el Congreso, un andaluz y un catalán de origen andaluz usando pinganillo para una ridícula traducción. Seis mil euros la tontería, evidentemente de nuestro sueldo pues no lo van a pagar ellos, ¿pero dónde estamos viviendo?. Realmente los politicuchos estos ¿saben lo que está ocurriendo?, 20% de parados, tijeretazo a los pensionistas y a los funcionarios mientras ellos siguen con sus juegos.
Llevo a un compañero de curro al aeropuerto, como buen gallego no viene a la isla más que a trabajar, no puede estar lejos de su su tierra, de camino hablamos sin traducción simultanea ni necesidad de interpretes, no se si llamarlo milagro pero dialogar podemos.
Aparco el coche y me encuentro a otro compañero de curro, hablamos de la vida, de la bajada de sueldo. Sin embargo el coche no parece que esté muy bien aparcado, hay mucha distancia entre la acera y las ruedas, por lo que decido aparcarlo de nuevo. Una vez que me bajo encuentro otro compañero de curro, hablamos de la vida y de la bajada de sueldo, él es andaluz y no gallego, aún así no necesitamos interpretes, el milagro de la humildad y de no jugar con el dinero. Observo el coche y todavía no sigo conforme con como lo he aparcado, sin embargo no quiero entrar en otro bucle, pues quizás necesitemos algún interprete y cada vez cuento menos dinero.
Compro en el Hipercentro, hoy me alejo del Eroski, pero no por mucho tiempo. Evidentemente no por sus productos, pues sus marcas son siempre las mismas, la misma mierda. Voy por la calle y veo caras, caras distintas ancladas en la extrañeza, llega el turismo y la salvación para esta puta isla de mierda. Y yo sigo gastando, sufriendo la lenta agonía del dinero, sin dolor, sin castigo pero con la suma en la cabeza, más y más cuentas y más dolores de cabeza. Compro el fiambre y con poco ya llego a los nueve euros y todavía los hay que confían que me quedaré aquí más tiempo. El todo y la nada sigo hechando de menos. Me gustaría conocer más mundo, un lugar donde mi vida sea más fácil, tan sencilla como que hacer nada no conlleve remordimientos. No encuentro ese algo en esta isla, quizás me falte alguien, quizás sea yo mismo, sin embargo nunca la he considerado ese lugar idílico del que pueda extraer lo que realmente me haga falta.
Son casi las tres y la comida sin hacer, por lo que bajo donde el “Antonio” para comprar una de sus denominadas comidas caseras. Ensalada mixta y croquetas de bacalao, entiendo que es algo ligero, pero mi confianza no es más que el cruel enemigo que extirpa mis ganas de existir. Pues tras la ingestión de tal manjar mi estómago sufre una transformación, se hincha como un globo, con la presión de unas croquetas que luchan afanosamente por un pedazo de tierra. No pido auxilio, ni tan siquiera quito la mesa, pues de repente todo deja de importarme para echarme en la cama y descansar de esta jodida guerra. Mi tripa es una montaña, no puedo levantarme con ella, cada vez se hace más pesada es por eso que sigo acostado mientras la televisión del comedor sigue puesta, desde mi habitación oigo el murmullo de sus voces, como oigo los gritos que se extraen de esa tripa que no es más que un amplio expectro del infierno. Un calvario para el que lo cuenta. El bulto cada vez es mayor, noto como se hincha y es entonces cuando tengo visiones pues creo ver a Lobezno:

VISIONES EN LA PUTA ISLA DE MIERDA:
(“No me digas que no pueda hacerlo – Hoy: Wolverine, pa los colegas Lobezno)
- Qué cojones haces aquí – le pregunto sorprendido al ver a un tio con barba, desaliñado y dejado de la mano de Dios.
- Creí que necesitabas mi ayuda – Me dice sorprendido de mi actitud.
- Yo puedo con esto, es mi guerra. La puta tripa y yo. Puedo disimularla, puedo disimularla. ¡¡¡¡No me digas que no puedo hacerlo!!!!!
- Mientras comas basura en esos putos antros de mierda será difícil, no podrás hacerlo – me dice todo serio con la mirada de un lobo al acecho y es entonces cuando sé lo que significa que un hombre se enfrente al mal, un hombre como Lobezno.
- Llevas razón – y sé que la lleva aunque no pueda ayudarme, pero agradezco su sinceridad, pues él es sincero, Agradezco su presencia, pues el siempre está dispuesto, a pesar de ser un solitario, de ser un remero que avanza contra la corriente desconociendo su estéril destino. Puedes contar con el, a pesar de su respeto a la tristeza pues nunca te venderá aunque no sea tu mejor amigo.
- Eres un colega, me llevas en Facebook, en el Messenger, en tu corazón malherido y muy pocos ya me conocen … por eso vengo ayudarte. La peña no conoce al verdadero Logan, al de los comics; se quedan con un soplapollas, el Hugh Jackman y ese es un gilipollas … ¿por qué me interpretará ese payaso?. Nada conoce de mi, de mi pasado … sin embargo el tio está “forrao”, con cantidad de tias buenas … puto cine de mierda. La Marvel nos ha vendido, sacaría mis garras pero prefiero el anonimato, todo es así más fácil, unas cuantas ostias, no hay necesidad de arreglar el mundo mientras esté el soplapollas ese jodiendo mi pasado, futuro y presente – y me dice adios, sin pronunciar ninguna palabra, esa es su despedida. Y yo se lo agradezco pues entre nosotros sobran las palabras.

La cinco y media, casi las seis cuando decido levantarme empujado por el peso de la inconsciencia, me hecho hacia atrás, intento seguir recto pero algo tira de mi con gran fuerza, mi tripa ha tomado la capitanía, no se marchita en sus continuos intentos por llevarme al callejón de una absurda perdición en el exceso, los años son un enemigo ante el cual pierdo los galones, pero todo se debe a la desorganización, a la nula fuerza de voluntad, al mero hecho de ignorar las explicaciones, ni yo mismo me considero digno de observarme a traves del espejo, pues sobre mi brota un bulto con cada vez más y más peso. Puta tripa de mierda, sólo pienso en eso. Y nada parece importarme más que eso. Me da igual los cacharros sobre el fregadero, la mesa todavía puesta, los suelos del cuarto de baño, las hormigas por ahí andando. Sólo se que tengo un enemigo que soy yo mismo.
Me tumbo y leo Bukowski, “Relatos de un viejo indecente” y me doy cuenta que su narrativa es brillante, quizás el mejor libro de relatos cortos que he leído de este autor. Se lo pregunto a mi tripa, pues ya tiene vida propia, y me dice que todavía no le conoce, pues si espera que le deje leer su obra va de culo, sinceramente.
Es hora de preparar la cena y mi estomago arranca con fuerza una nueva sinfonía por lo que acudo al retrete como única salida. De ahí sale una mierda antes victoriosa, una masa viscosa, marrón e incluso pegajosa se extrae de esa salida situada donde la espalda pierde su nombre; no hay gritos, sólo el “chop, chop” del agua golpeada por un ser inerte, sin vida, que retrata todo mi malestar en la isla. Casi respiro tranquilo, por momentos puedo moverme, casi recupero mi agilidad, pero todavía queda algo que convive conmigo, que me lleva donde quiere, que incluso lee mi mente y no es otra cosa que esa puta que me distrae y me enloquece, discriminada por la sociedad, ajustada a todo tipo de vejaciones conmigo se hace fuerte, por momentos me siento esclavo de ella, lucho por apartarla de mi vida pues soy fruto del error de una sociedad basada en el magnetismo físico, en la anti-tripa, en el exterior y en el nada por dentro. Una imposición basada en el sacrificio por la desilusión, pues no hay peor ley que estar disgusto consigo mismo.
Recojo la comida y salgo del piso para una noche de trabajo. Qué mas puedo decir, así es el trabajo, sentado, de pie, levantado por un esfuerzo físico permanente que arropa nuestra vidas oscureciendolas hasta un negro de lo más vacío, no hay indemnización para este robo que nos acerca más a la muerte y del que por desgracia acabamos dependiendo.

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