28-04-10

28/04/10 DIARIO DE UN IBICENCO
(From Ibiza with Love – Tribute Lisbeth Salander)
Mantengo los ojos cerrados, ahora ¿si sueño? no lo se, ¿si realmente estoy en la playa? tampoco lo se, parezco feliz y sosegado; ¿sosegado?, siempre lo he estado; como perro ladrador soy poco mordedor, sin embargo creo vivir un sueño pues mis días de pasión perduran en mi, solo trabajo y trabajo, el mundo evoluciona y ni me entero; perdón he dicho evoluciona, oh mi sentido crítico se erosiona por el viento huracanado procedente de días y días de trabajo. El desgaste sufrido sólo se quita con horas y horas de sueño por eso tengo la sensación de estar dormido en un sueño irreal pero efectivo, pues cumple su misión, alejar mi desgana, alejar esa tentación que nos dice “no vayas a trabajar, no vayas a trabajar” pero chiquillo le digo, tu no sabes con quien estás hablando, con “El profesional”. Yo ni me lo creo, pero es efectivo, pues desaparecen los malos pensamientos, ayuda una buena ducha, con agua templada tampoco fría, no hay que rozar los extremos, sólo mantener una actitud recta, pasar inadvertido para luego a fin de mes cobrar lo merecido.
Octavo día de trabajo, hoy después de hacer noche lo primero que he hecho nada más llegar a casa ha sido quedarme dormido, con la persiana bajada, cubierto por una burbuja, alejado de la realidad, no quiero ver el sol, sólo quiero descansar pues mañana una vez más toca trabajar.
Me alejo en la oscuridad de todo lo que me rodea, huyo de mis deseos, de lo que quiero y no puedo. Sólo cierro los ojos y si puedo lo sueño. No me imagino nada, sólo hago que descanso, para dentro de un rato hacer que me levanto pues tengo que hacer algo. Lo de costumbre a un día de curro, cocer pasta. Cocer arroz. Una fritura y lista la comida, fácil.
Cuando llega la noche ni la radio escucho, me importa un huevo todo, pues yo curro y curro, mañana un nuevo día, al menos con mi gente, fijo nos echaremos unas risas, pues sólo así será mas llevadero lo que parece no tener sentido, lo que incluso se entendería como un castigo. Espero sea un día corto, o al menos que no se haga muy pesado, espero que caiga una partida de cartas, lo espero … pero durmiendo, horas de sueño que no de descanso, pues la isla ya ha cobrado por su trabajo, desgastado como estoy por los pólipos, la humedad, los cambios de tiempo. La isla sonríe, quizás alguien la pagó por eso, yo no se nada de eso. No voy a pensar mal, pues no me lleva a ninguna parte sólo al camino del exceso. Exceso de mal humor, exceso de frustración, exceso de sentimientos que arremeten contra ti, convirtiéndote en el típico amargado. Y yo no quiero eso, pues si con algo me quedo es con el sonambulismo ibicenco. El pasar de todo, viviendo y dejando vivir. Alguien da más, acaso. Posición neutral con cierta tendencia a sacar punta a las cosas. Por eso no hago otra cosa que escribir mis quejas como única forma de expresión. Intento alejarme de mis típicos comentarios, lo intento pues a veces no puedo. Pues a nadie le es grato escuchar a un tío siempre quejándose, sobre todo cuando no le conoces. A nadie le gusta ver sus propios errores en los demás. Y todo el mundo tiene quejas, unos más que otros, pero no creo en el continuo optimismo como única forma de vida. El vaso no siempre está medio lleno, al menos cuando más de uno sale de fiesta. Por eso intento escribir mis continuas quejas, las leo y es como si las dijera en público aunque esté solo. Pues siempre dejamos de escuchar al que se queja continuamente, provocando una perdida de credibilidad del que posiblemente la tiene. Claro que tantas quejas, tantas quejas en algunas llevará razón.
Es posible que a aquellas personas que hacen de la queja su única razón de vida, sin saberlo, hayan sido victimas de la amargura como posible efecto secundario. En mi caso creo que no, pues yo siempre que puedo y me dejan estoy de cachondeo. Sin embargo, todos tememos que nuestros miedos llamen a la puerta, por lo que siempre es necesario una disciplina basada en el autocontrol. Como si de un Jedi se tratase, debemos controlar el lado oscuro de la fuerza y hacer virtud nuestra serenidad, hacer virtud esa difícil elección que consiste en saber cuando callar. También en saber como hablar, con educación y respeto, haciendo valer tu queja, hasta el punto de llegar a ser constructiva. Pero a mi todo eso me suda la polla, pues yo con el diario he encontrado un filón para escribir lo que me salga de los huevos y sacar punta a todo. Estoy orgulloso de alguna vez haber tenido esta idea, no se como se me ocurrió, de vez en cuando te sientes inspirado y ya está. Así de fácil o eso creo pues no recuerdo. Puede que a veces no tenga confianza en mi mismo y quizás por eso haya traído conmigo estas continuas quejas que siempre han estado conmigo, puede que el problema sea yo. Sin embargo se que pronto tendré una sesión de “yo mismo” donde sacaré punta a mis cosas y aunque no sea muy buen monologuista si al menos intentaré dejarme las cosas claras.

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