III

REFLEXIONES DESDE LA CLANDESTINIDAD
(Todavía desde la “Puta Isla de Mierda”, a veces, hasta los huevos de ella)

Sudor y droga. Eso es la pocilga electrónica de Amnesia en la noche de hoy. Sin embargo, ¿es Amnesia o es el extendido reflejo de una isla con más y más mierda?.
...Por eso nada más llegar a casa lo primero que hice fue darme un baño, me sentía sucio y sobre todo culpable, quería lavar mis pecados aunque dentro de mi había algo que me decía que la traición no conoce de amigos, pues no tiene perdón.

La isla quemándose, todo el Norte, desde Benirrás a Cala Xarraca y mi alma quieta, nauseabunda sin un ápice de empatía ni una mínima inquietud que provocase en mi un movimiento, una reacción o al menos una razón que despertara mi letargo. Estamos jodiendo lo que es nuestro, puta banda descontrolada de subnormales.
El mundo de la noche sigue, su crueldad avanza como hordas de orcos destrozando lo único verdadero de esta puta isla, sus paisajes, sus playas, el ansiado origen que la dio a conocer. Pero de todo eso poco queda, la cruel masificación acabará tarde o temprano con la leche de la vaca, pues el turismo de la noche se impondrá al de sol y playa.


El agua cae sobre mi cuerpo mientras a mi vienen las más grotescas imágenes pues todo lo que ví en esas decrépitas paredes fue una inútil multitud presa de su sudor, de sus gritos, bajo unos ojos como platos realzados por unas pupilas dilatadas, tras un gesto sin mirada, pues tras la ausencia de pudor sólo quedaban grotescas caras curvadas. Todo era humillación, un sin sentido que vagaba destilando una sumisión caótica ante un mareante ruido que segundo tras segundo se repetía sin cambiar misericordemente de ritmo. Hasta cuando con este bochornoso espectáculo, pensaba, de repente una bajada pero al instante regresaba el puto ruido adquiriendo más protagonismo, pues todo es real, como lo que provoca esta caída al vacío. Las almas de los ya “puestos” se alzaban junto a sus brazos, quizás buscando una salida ante la vergüenza de verse reflejados en los demás como auténticos fantoches faltos de dignidad.

Yo les daría unos cubos con agua los pondría en fila y venga a darles caña ¿Por qué?, pues porque se incendia la puta isla coño y todos deberíamos ayudar ya que de algún modo somos cómplices o participes de esta miseria. Mil quinientas personas en Cala Benirrás, una masificación que ha traído consigo una negligencia más de las muchas que vendrán.
Antes de ayer vi un documental sobre como sería el mundo si el ser humano no lo habitara, tras esto hoy llego a la conclusión que la salvación de Ibiza sólo llegará con nuestra extinción. La naturaleza lo agradecería, pues la vida continuaría sin esa absurda indispensabilidad de la que nos creemos principales protagonistas.

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