IV

REFLEXIONES DESDE LA CLANDESTINIDAD
(Todavía desde la “Puta Isla de Mierda”, a veces, hasta los huevos de ella)

El otro día llegué del trabajo y me dí cuenta que la mayoría de los jefes estaban de baja, esas bajas consistentes en permanecer en casa bajo el inc...esante arte de tocarte los cojones, sin más, una vez y otra tumbado mientras los compañeros trabajan sin cesar, eso es responsabilidad según el cargo.
Todos son gente mayor, presumiblemente responsables. También padres de familia. Qué les dirán a sus hijos e hijas, supongo que lo de predicar con el ejemplo no vendrá en su testamento. "Estamos de vacaciones niños, y si llaman al teléfono papá está muyyyyy malito", que frase tan reconfortante para decirla bajo una sombrilla o en el chiringuito, o incluso en casa, pues todo vale. Pero así es el mundo en la actualidad, el camino fácil. A las primeras de cambio abandonamos, simple y sencillo.
Lo más reconfortante de todo fue observar como el trabajo salió a flote mejor que nunca, sin rencor, simplemente con el esfuerzo de unos y otros, pues nadie es más que nadie. Ese hecho tan sencillo me hizo recordar los tiempos con la Patrulla-X y ese Ciclope que adquiría el papel de jefe cuando no valía ni para tomar por culo, la vida misma, los más tontos ascienden como el globo que se encuentra ahí arriba, sin saber como ni por qué, simplemente fue adquirido en una feria y la novedad del momento duró eso un segundo, pues un globo nada tiene más que soltarlo, que ascienda y se vaya a tomar por culo.

Veo el programa "Callejeros" y todo me parece surrealista, pues el más yonki, el más cruel y el más barriobajero se convierte en protagonista, pregonan los defectos de una sociedad que arranca sin principios hacia una oscura prosperidad. Y todos vemos esto, el camino fácil de nuevo, pues el esfuerzo y la honradez se quedaron perdidos sin más protagonismo que la soledad y el ostracismo.

Escucho La COPE y ahí está Paco González y el de los "puritos", Pepe Domingo Castaño, pero ahí no queda todo, medio equipo de la SER está ahí presente, comentan las bondades de su nueva cadena, si, esa a la que no hace ni dos días echaban pestes. Ahí están esos valores, ambiguos, sin forma pues tras el dinero escapa ese antiguo romanticismo que nos hace fuertes, indestructibles y del que la sociedad actual continuamente adolece.

Por hoy no tengo más que decir.

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