XIII

REFLEXIONES DESDE LA CLANDESTINIDAD
(Desde la "Puta Isla de Mierda", a veces, hasta los huevos de ella)

Entro en el foro del Real Madrid, la curiosidad me remata. La peña continúa quejándose por el mal juego del equipo, algunos incluso están hasta los huevos pues todo progresa paralelamente a una senda de perdición con la que este equipo agrada a sus seguidores; distintos collares en los mismos perros, un final conocido por todos; primer partido de liga y vuelven a asomar las carencias.

Ahí está Mourinho, endiosado por unos acribillado por otros; lo único obvio el duro trabajo que aún le queda, pues este Madrid parece roto. No hay cantera, no hay equipo, ni siquiera hay afición que haya mamado lo que antes era el verdadero espíritu ganador engendrado por unos viejos valores de los que por desgracia sólo quedan los recuerdos. Fotografías, videos,… de aquel siglo ya pasado donde el R. Madrid era algo más que un chiste o un inútil cuento.
Ahora sólo veo palcos, anuncios y “niñatos”. ¿Qué queda como imperecedero?, un balón redondo y unas porterías cada vez menos cubiertas por rudos defensas.

Sin embargo me importa un huevo lo que pase en el futbol, lo que pase en el Madrid y lo que le pase al mundo entero. Pues aquí estoy en casa, escribiendo en calzoncillos, con la ventana abierta y sin música, escuchando el continuo teclear que renace de las cenizas de una isla que sobrevive a todo, a los funcionarios, a los “payeses”, a los putos turistas… a todos, así es mi “amiga” la “Puta Isla de mierda”.

Hoy estoy inspirado, me he tomado una cervecita en el “Onduriña” acompañado de buena gente y eso me ha dado fuerzas para estar ahí, bajo un proceso creativo casi esperpéntico, pero que sirve para que el tiempo pase sin decirme nada, casi sin darme cuenta. Pues el tiempo es eso salvaje y digno al mismo tiempo.


El tiempo y yo, dos enemigos intimos; él no da concesiones, es cruel pero también agradecido. Cruel por las mañanas cuando suena el despertador, cruel cuando trabajas pues de algún modo consigue que todo vaya más despacio, cruel cuando disfrutas de algo, como un mojito en la Plaza del Parque o en el Kuhmaras y de repente llega el momento de la despedida, y te das cuenta que todo ha sido muy rápido, casi instantáneo.
Pero también puede ser agradecido pues todo lo que hagas pronto lo tienes ganado, es así de sencillo. Una lucha constante sólo hay que saber quien es tu enemigo, el tiempo o quizás tu pereza.

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