11-04-10

11/04/10 DIARIO DE UN IBICENCO
(From Ibiza with Love – Tribute Lisbeth Salander)
Después de la tragicomedia a la que me ví expuesto por estos polipos que disfrutan tocándome los cojones no me extraña abrir los ojos y ver como el despertador marca casi la una del mediodía. Una vez más me levanto hecho una puta mierda y con la sensación de que esta puta isla me chupa hasta las entrañas. Echo una buena meada y ni ganas tengo de tirar de la cadena; ya tiraré cuando cague, que fijo será dentro un tiempo no muy largo. Me echo un poco, cierro los ojos y ya estoy durmiendo. Incluso estaría hasta un día entero. Y ¿de qué me valdría?, pues seguiría igual de cansado, acabaría en manos de un RED BULL como única salida. Mi corazón se aceleraría, pero mi mirada continuaría perdida, mis pasos lentos … síntomas del sonambulismo ibicenco. Una enfermedad o un estado de ánimo. Para el sonámbulo ibicenco no hay cura ni remedio. El camino del RED BULL es peligroso, coquetea sin miedo acelerando los latidos del corazón en exceso. Y eso es peligroso. El lado oscuro del RED BULL lo llaman. Hay que escapar de la ira, del exceso, más vale ser un sonámbulo que otra victima más del lado oscuro. El lado oscuro es poderoso, te atrae … tómate un RED BULL dice, saldrás volando de la isla. Lo intento con fuerzas, el otro día hice una carrera, casi 100 metros eran. Mi objetivo salir volando de la puta isla de mierda. Se fue al traste, tras coger impulso con un salto no conseguí volar, ni siquiera planear. Me veo en la isla. Qué remedio. No me atraerás lado oscuro del RED BULL. Abro los ojos, no se que hora es ni quiero saberlo, estoy despierto. Suficiente para un sufridor del mundo ibicenco. Me acuerdo de Carabanchel y no vuelvo. Me muestro como un ser ibicenco, con su uniforme característico. Pantalón del chandal, zapatillas cómodas y una modesta sudadera ni más ni menos. La flojedad de las piernas provoca un contorneo en mis pasos, unas hermosas eses, soy un borracho sin gota de alcohol. El surrealismo ibicenco. Pongo dirección a la cocina, pasos lentos pero seguros; esa es la seña de identidad del sonámbulo ibicenco. Me adentro por un pasillo oscuro, sin un puto rayo de sol que refleje al menos una razón para estar despierto.
Muchas cosas quería hacer hoy; ir al gimnasio, con las horas que me levanto una vez más, y no se cuantas van, lo aplazamos para mañana. Visitar alguna cala, como no me espabile, pocas calas voy a ver hoy. Poner la lavadora, le van a dar mucho por culo a la lavadora, pues estoy hasta los cojones del tiempo que me hace perder la puta casa esta. Todo el día limpiando, fregando … la casa, otra vez la casa. Cada vez me parece más amplia, sus habitaciones parecen celdas que hay que limpiar, sus suelos al rato negros. Libertad, necesito libertad. Muéstrame el camino le grito a la isla. Putas baldosas y puto mundo ibicenco. Total, son casi las 15:00 y ahí estoy comiendo un bocata de jamón; a deshora es mi vida, a deshora el desaliento. Puede que algún día, en algún momento acabe con el descontento. Le diré, “no merece la pena”. No hay solución. Esto funciona como funciona, así es el tiempo. Ojalá todo se pudiera arreglar en un momento. Desayuno y acto seguido estoy preparando la comida. Comer y dormir, una vida digna de ser interpretada por un talento. Sería un sonámbulo, pero nunca un ibicenco. Sería de Carabanchel como Rosendo. Y los días pasan y pasan, al menos con buen tiempo. COMIDA.- Tortilla de atún con ensalada. Me tomo un café con hielo. Tranquilo, no tengo prisas. He perdido la mañana ¿por qué desesperarme por la tarde?. Veo la televisión y una vez más soy victima de un monólogo ibicenco.

MONOLOGO DEL DVD-TDT:
(Disensiones desde la clandestinidad – Club de la Comedia Ibicenca)
- ¿Qué ves que es eso?, en mi televisión no se cogen bien los canales, eso es el TDT; no puedo descambiarlo, he pensado traerme el TDT aquí y probar con esta tele, podíamos traer el dvd aquí, lo que pasa que no podía ver el porno en la televisión. Oye ¿tu ves el porno en tu habitación? la tele normal no la ves. Yo el porno si le veo, lo que no me va es el TDT. El dvd va bien. No se cogen bien los canales.
- Yo si quieres te dejo mi el televisor de habitación que ya lleva incorporado el TDT. Yo no veo la tele, sólo el DVD.
- La tele tuya es más grande no quiero aprovecharme, aparte yo tampoco veo mucho la tele. La veo en el salón. La habitación es para el porno. ¿Oye te has traído más porno?. Yo me he recargado, con nuevas películas. También tengo clásicos, algunas las he visto varias veces. No se si te he hablado de “Pica, pica la Perica”, muy buena la película esa. A ver si la ves y comentamos que te parece.
- Otro día.
- Vale tio. No se si cambiar el aparato de TDT del comedor por el que tengo en la habitación, un día tengo que probar. Lo que pasa que haber si la vamos a joder, mejor no tocar. Porque este casero debe ser la ostia. Y luego está hinchado de dinero, no se ni cuantas casas tiene, que lo se yo, hazme caso este tiene mucho dinero Mucho pero que mucho dinero. No se para que quiere tanto. Yo soy feliz y no tengo tanto. Dinero, dinero sólo dinero … para que querrá tanto dinero. Dinero …


Escapo del monólogo, no quiero ser presa fácil del bucle, aunque ya lo sea sin saberlo, recorriendo la isla, paseando por los mismos lugares, en unos días cada vez más y más parejos; se dan la mano y sonríen cuando son testigos de mis numerosos errores, más de dos veces en la misma piedra caigo. Soy presa de la desorganización y no puedo remediarlo. No controlo las horas del día, sigo un descorazonador ritmo de vida que no se donde me llevaré. Estaré atento pues sólo puedo hacer eso.
Pillo el “OLO”, me voy de calas. Bajo el cristal de ese “OLO” que pasea con orgullo el carácter carabanchelero por las carreteras ibicencas a la vertiginosa velocidad de 80 km/h. Así son las autovías ibicencas. Un todoterreno amante de la velocidad va delante mío, no puedo adelantarle. A 70 Km va el menda. Qué hacer cuando el límite de velocidad está fijado en 80 km/h, ¿le empujo para que vaya más deprisa?. No entiendo el tráfico rodado ibicenco. Escucho “Hang down your Head” de Tom Waits y consigo tranquilizarme. Leonor Watling estaría orgulloso de mi. Un radar por la autovía, limita la velocidad a 60 km/h. Ole tus cojones mundo ibicenco. Y está el todoterreno reduciendo, al menos no les pagaré multas a estos jodidos ibicencos.
Por fin llego a Cala Llonga. Ha merecido la pena la peregrinación. Sin embargo decido hacer unas fotos y tomar notas. El sol ha descendido lo suficiente como para saber retirarme, no es momento para ese ansiado baño. Sin embargo todavía tengo tiempo para visitar una nueva cala. Siempre y cuando la velocidad luz no se vea limitada a los 70 km/h que tan en boga están dentro del tráfico rodado ibicenco. Salgo hacia Cala Nova mientras suena “Time” de Tom Waits, tras atravesar un pueblecito me adentro en una carretera contagiada por las continuas curvas a las que se ve expuesta. Al final consigo llegar a una tranquila urbanización, decenas de chalets conviven con una cala a la que se accede a través de un camino de tierra. Más grande que Cala Llonga pero también bastante curiosa esta cala. La verdad hasta ahora no tengo ninguna cala preferida. Me llama la atención Sa Caleta. También la arena de Las Salinas. Pero hasta ahora todas me gustan.
De vuelta a Ibiza, soy miembro de una nueva procesión de coches que involuntariamente provoca un atasco en una carretera prácticamente vacía. En una curva observo el primer coche que comanda la fila, ¿a qué velocidad irá? Ni lo pienso. Subo el volumen de una música cuyo principal protagonista es Tom Waits. La fila sufre un esperanzador cambio, tras un giro a la derecha de nuestro lider. Dirección San Antonio. Gracias San Antonio por existir. Gracias por ese cruce salvador. La fila se convierte en una pareja de coches, un Peugeot 307 azul va delante de mí. Su velocidad alcanza 100 Km/h, por fin un conductor razonable. Fijo que no es ibicenco.
Cuando la noche llama a la puerta del cielo ibicenco, aparco el “OLO” y me dirijo hacia CAN FRIENDS, una caña de cerveza y una charla entre funcionarios. Un pro-ibicenco y dos con pinta de estar hasta los cojones de la puta isla. No hace falta decir de que bando soy yo. Salgo del restaurante y otra vez ese aire ibicenco me atenaza, me despierta los polipos, preparandose una nueva sublevación. El camino hasta casa es corto pero la temperatura baja y baja cada vez más. Odio la temperatura ibicenca. Con el sol es agradable pasear, visitar calas pero este puto aire nocturno me tiene hasta los cojones. Medio gilipollas estoy con los putos cambios de temperatura.
CENA.- Pescado a la plancha con ensalada. Escucho el “Tirachinas” y ese intento vano por arreglar este R.Madrid cada vez más alejado de ese espíritu ganador del que antaño hacia gala. Nada hay de ese equipo. Y cuando digo nada es nada. No hay sacrificio ni unión. Por no quedar no queda ni un ápice de humildad. No han ganado nada y se les trata como si así lo fuera. Para mi no son ni deportistas. Escucho a los comentaristas deportivos, pero sólo dicen tonterías. O eso me parece a mi. Todos hablan a la vez, para decir palabras que no tienen ningún sentido. Cada uno parece tener una solución distinta de cómo arreglar esta casa de los lios en la que se ha convertido actualmente el R.Madrid. Más y más cambios. Sólo quieren hacer cambios. Pero no me engañan, sólo quieren vender periódicos y llenar horas de radio. Cuantos más fichajes mejor para ellos, no son objetivos en sus opiniones. El entrenador ahora es el culpable cuando fueron ellos los primeros en alabar sus virtudes para que fuera fichado. Cómo una institución hago caso a los periolistos va perdida; habrá que aislarse, ser independendiente porque tu mismo confías en tus posibilidades, en tu trabajo. Sabes que los frutos llegarán más tarde que temprano. Por eso hay que aislarse del llamado séptimo poder. Cansado estoy de los periodicos deportivos y sus portadas de feria. De las radios con opiniones nunca basadas en la propia experiencia. Pero que más da si de futbol sabe todo el mundo, no es tan importante. Mientras escucho la radio intento escribir mi diario, sin embargo se me cierran los ojos, en mi cabeza no discurren las palabras, me cuesta escribir y comienzo a rayarme. Una nueva rayada ibicenca importada desde Carabanchel.

RAYADA NOCTURNA:
Escribo más que dormido, cuando los parpados caen como cae el mediodía, cuando llega la noche siento mi cuerpo como dañado; podría dormir pero no descanso; parece comerme el ánimo la isla, parece destrozarme por momentos; cuando me levanto ¿de dónde saco las fuerzas?, no en las piernas; cansadas tardan minutos en recobrar las fuerzas. No me llega la sangre, es la puta isla la que me chupa la sangre. Cabrona, ¿aún no tienes bastante?. O ¿es la humedad la que tanto me afecta?, aliada de la isla, se contagia en forma de obediencia ciega.
Anoche fueron los polipos, cansado con las narices hinchadas, llegué a casa a duras penas. Asemejando una fuente chorreaba una incesante moclita, cualquier esfuerzo por cerrar aquel grifo era una perdida de tiempo. La puta isla quiere verme acostado, durmiendo, esta cansada de que incordie su status de "isla mágica", con sus putas partículas y demás zarándajas. Puto cacho tierra. Que sepas que eres un error geógrafico; de repente el agua se olvidó de rellenar dicho pedazo de tierra. No habría que darla importancia, y yo se la doy. ¿Acaso no es bueno que hablen de ti, aunque sea mal? No, la puta isla sólo quiere oir cosas bonitas de ella; que hablen constantemente bien, una y otra vez. Sólo le interesan los halagos, sin aceptar una humilde crítica. Pues que te jodan puta isla de mierda. Hoy no estoy fino, no me salen las palabras, ni me siento inspirado. Estoy bloqueado, como sean las putas partículas me cago en la puta isla. Ha sido la isla, que afecta a mi cabeza. Peor que estoy no me vas a dejar, que lo sepas. Mañana me pillo el "OLO" me voy a cualquier cala de esas que tanto presumes y cago una mierda como un pan. Ahí tienes abono carabanchelero. Así no me cago sólo literalmente en ti, puta isla de mierda. Una cagada como Dios manda. Gorda, bien hermosa como le gusta a la puta isla. Es cierto no me salen las palabras, jodida isla de mierda. Y cuando de repente tengo algo que escribir me entran ganas de mear. Me estoy empezando a rayar. Otra meada, no se cuantas van. Escribo y me equivoco de tecla. Un mosquito sobre la pantalla. No me dejas escribir. Mañana acabaré con todos esos mosquitos que te obedecen como autenticos gilipollas sin personalidad alguna. Me duermo, los ojos cansados, no puedo leer lo que escribo. ¿Por qué me atacas puta isla?. Dejame ver las partículas de mierda. Joder que rayada. Escucho Tom Waits, espero que la medicación de resultado.
Comienzo a escribir de nuevo, lucho por derribar mi bloqueo. Contra unas particulas, contra la humedad, contra toda una isla. Ahora Tom Waits es mi aliado, ahora estoy tumbado sobre la cama. Y lo más importante, sigo escribiendo. Resisto arropado, ¿tengo frío?, si no lo tengo porque estoy bajo la manta, bajo el nordico, el edredón, la sabana ... no siento ni padezco. Gracias por ello, puta isla de mierda. Y me sigo equivocando de tecla. Me pican las piernas, como un mosquito haya entrado bajo las mantas se va a cagar la perra. ¿Le has enviado tú puta isla de mierda?. Seguiré escribiendo, denunciando todos tus pasos, pues yo no tomo esas jodidas partículas de mierda. Yo no soy un pasao, respeto la naturaleza. ¿Entonces porque me tocas los cojones jodida isla de mierda?. Me sigo equivocando de teclas, expandes tus partículas para que me duerma. Yo no hago daño a nadie, soy inofensivo. ¿Qué te tiene de malo que te toque los cojones?. Los ojos se caen solos. Pienso en los mojitos, o en la tía que los sirve. Mucho hielo en los mojitos digo. Pues ella no parece fría, siempre sonríe, eso la dijimos. ¿Me sonreiría a mi?. Si me ve por la calle, sin ese mero trámite que supone pedir un mojito, cómo me daría los buenos días, ¿sonreiría?. Me sonreiría a mi. Tu que crees “Isla de Mierda”. No te enfades conmigo, eres mi isla, no tengo otra. Más que nada porque no conozco otra. Es la verdad, sin embargo tendré recuerdos de esta isla, irán de la mano conmigo; trataré de no olvidarlos. Ojalá pudiera disfrutarlos. Con una sonrisa sin mojito. Con un mojito de su sonrisa. Con un pastel de simpatía. Con una pastelera sin sus pateles. Una recepcionista que me saluda, … Pongo el despertador pronto, mañana tal vez me levante. Ojalá espero no sea como siempre. Suena y no tengo fuerzas. Quizás pierda las fuerzas por la boca, metiendome continuamente con la isla. Es mi idiosincrasia, mucho ruido y pocas nueces. Puede que sea eso. De lo que digo ni la mitad … Sin embargo otra vez tengo ganas de mear. ¿Por qué no quieres que escriba?. Otra meada. Y esta meada si es como siempre. Ya lo dejo no escribo más, estas contenta puta isla de mierda. Algún día haremos las paces, cuando me vaya. Sólo entonces. Y será cuando te eche de menos. No pararé hablar de ti. Así soy, no te lo tomes a mal. Te echaré de menos, si tu no me echas de menos me suda los cojones. Yo si te echaré de menos. Pero mientras esté aquí tu serás la puta isla de mierda.

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