El hombre del tiempo VI

No hace mal tiempo aquí en la PUTA ISLA DE MIERDA. A pesar de los pies helados y de la humedad reinante que provoca que los suelos de la cocina se asemejen a una pista de patinaje, o que la propia ropa tendida, a modo de castigo, cumpla hoy su tercer día en la cuerda floja. Todavía húmeda, como si no fuera bastante.

Sin embargo, el paseo por las mismas calles de ayer y de hace un año, no se hace tan agobiante. Pues la temperatura propia de este islote de mierda aguanta con honor y desparpajo no caer victima de los cero grados. Ahí dándolo todo, en lucha constante.
Un hilo de esperanza, pensarán algunos, dentro del dejarse llevar de los días.

Y afortunadamente es así, pues las casas entiendo yo, no parecen estar muy preparadas para el frío que con la noche se levanta, restregándonos a modo de venganza lo que el invierno en día no pudo.

Así arropados hasta las trancas disfrutamos del furor de la noche, cada uno en su casa que ya es bastante, y Dios si le apetece en la de todos.

Una manta, dos mantas, el edredón o el continuo espacio que te creas embutido en un nórdico con el que te proteges cuando de la habitación no sales. Pues cualquier aventura lejos de ese espacio vital que es tu cama, si no es abrigado con una bata podría parecer un suicidio. Dentro del frío aliento que sobrevuela cada habitación de la casa.

0 comentarios:

Publicar un comentario