Anuncios Breves II

A veces no hago más que escuchar una y otra vez la misma canción, como si de una rayada se tratase, como la típica idea fija que me ronda por la cabeza sin poder conquistarme; ahora me pasa con “Devils and Dust” de Bruce Springsteen o con “Sister Luck” de los Black Crowes.

La primera se escucha desde mi habitación yo tecleando y ella haciendo su función, despertarme una vez más del embustero sueño que me envuelve sin remedio. No parece cansarme, pues ¿por qué debe hacerlo?; el “Boss” toca la armónica y yo tecleo lo primero que me viene a la cabeza. No pienso en nada, sólo improviso como ahora. La misma canción, la misma letra, la misma rutina en estos cargados días que me sonríen como esa capa que envuelve el verano escondiendo una traición, la del frío invierno.
Sin embargo, “Sister Luck” de los Black Crowes, alcanza otra dimensión, pues con su melodía consigue llenar la cocina con algo más que el cargado olor a comida. Un punteo de guitarra con aroma de los ’70, un paso atrás en el tiempo para respirar el verdadero Rock n’ Roll por unos instantes que ojala fuesen eternos.

Son mis canciones como lo siguen siendo otras muchas. “Home” de Depeche Mode, “Hang Fire” de los Rolling Stones, “Human” de The Killers , “Why Don’t You Find Out For Yourself” de Morrissey...
Todas repetidas hasta el infinito, como una moda de verano pero con una diferencia, cumplir con un objetivo que no se limita a un corto periodo de tiempo, pues se extiende a través de una voz, a través de una melodía que trata de derrotar al silencio. Pues en ocasiones necesitas eso, un algo alejado del ruido, que te haga no preguntarte continuamente a ti mismo que pinto yo en este jodido universo.

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